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| EDITORIAL |


Hace ya algunos días que intento ponerle emoción al comienzo de clases, ya sea con la compra de los útiles (que dicho sea de paso, más que emoción me provocó conmoción); para que mi hija mayor, la que pasa a sexto, sienta el entusiasmo del primer día de escuela.


¿Tenés ganas de que comiencen las clases?, preguntaba yo con una sonrisa entusiasta: “No”, respondía ella, sin enfatizar su negativa, con la sinceridad cruda de quien no quiere aparentar ni conformar.


Me llamó la atención, porque hasta quinto grado, ya a mediados de febrero Juana se autoproclamaba “aburrida” y decía que quería que comiencen las clases. Lo cual me daba cierta “tranquilidad” de que a mi hija le gustaba su escuela, sus compañeros, sus maestras…Es decir, era el cuentito que me contaba para creer que todo encajaba en los casilleros correctos.


Pero este año no. Y seguramente hay un gran porcentaje de niños que tampoco están interesados en que empiecen las clases. Pero claro, en mi cabeza de madre medio obse, bah, de ser humano medio obse, me empecé a contar historias de los posibles motivos. “Capaz que ya no se lleva tan bien con sus compañeros, perdió el espíritu crítico, su curiosidad está siendo ejecutada por la alienación de TikTok”, en fin…todos pensamientos reeeee edificantes.


Finalmente, y como me cuesta guardarme mis sentimientos, le comenté “al pasar” a mi pareja y padre de mis pequeñas: “Che, qué raro… ¿qué le pasará a Juani que este año no quiere empezar el cole?” Obvio que esperaba un análisis filosófico del asunto.


“Y, será que pasó unas lindas vacaciones y no quiere que se terminen”, me respondió con una simpleza que agradecí.


Suspiré aliviada. Claro que sí. Había puesto tanta expectativa en este futuro cercano, que no había podido ver la importancia de que mi hija estaba saboreando su presente. Disfrutaba sus mañanas durmiendo hasta más tarde, seguramente mirando más el celular, jugaba con sus amigos y vivía la incomparable sensación de plenitud que te dan las vacaciones de verano.


Sin restar la importancia del regreso a las aulas, ya que obviamente, no podemos vivir de vacaciones todo el año, aunque algunos fantaseamos con eso; está bueno plantarnos en cada momento y disfrutar lo que toca.


Ahora llega el momento de arrancar y poner primera, tratemos de no acelerar tanto de entrada, de disfrutar del viaje, y agradecer todo lo bueno que traerá a nuestras vidas un nuevo año escolar. ¡Feliz comienzo per tutti!

 

por Raquel Abraham

Periodista y comunicadora.

"Amo contar historias inspiradoras".

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  • Foto del escritorGiannina Artico


Esto lo escribí anoche cuando ya estaba enfocándome en el comienzo de semana. Y de repente me doy cuenta de que el miércoles ya es primero de marzo 👀


El tercer mes del año, ¿en qué momento pasó?


¿No les pasa que en marzo es como que comienza nuevamente el año? Ya tenemos una rutina “armada” pero a la vez es como la segunda oportunidad de comenzar a darlo todo de nuevo, volver a enfocarnos, volver a la actividad que dijimos que íbamos a comenzar, y ahí cómo un círculo que nos lleva a un nuevo comienzo ¡Bienvenidos sean los comienzos!


Sin embargo, me hace reflexionar ¿Por qué necesitamos fechas y momento claves para comenzar? ¿Nos dejamos llevar tanto por la rutina y la vida en piloto automático que necesitamos que alguien nos diga, frená y enfócate de nuevo? Aún no tengo respuestas para eso, pero sí llego a la conclusión de que no importa cuál sea la causa, siempre tiene que haber nuevos comienzos y eso se celebra 🍾


Comenzá con eso que tu corazón necesita, no importa si es un simple hábito o ese curso que venís pateando hace años.


Capaz son las ganas de comenzar un camino de autoconocimiento o animarte a alguna terapia. O quizás lo que querés es un marzo más simple y feliz sin tantas vueltas y complicaciones. También capaz es el momento de comenzar ese viaje que venís deseando o quién sabe, comenzar a abrir el corazón a alguna relación.


Hay un millón de posibilidades de nuevos inicios y eso es hermoso 😍


No importa qué querés comenzar ni tampoco cuándo. Pero siempre empezá porque te aseguro que la vida te va a sorprender y es la mejor forma de vivirla, comenzando y animándonos a todo eso que realmente queremos.


¿Y vos a qué te vas animar en este mes que comienza?


 

Diseñadora de Indumentaria. Amante de la moda y el estilismo.

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Lucas Malaisi.


Lucas Malaisi es psicólogo y presidente de la Fundación Educación Emocional Argentina. Es también un ferviente promotor de la Ley de Educación Emocional, que ya está vigente en Misiones y Corrientes: “Lo que hacemos con la educación emocional es desarrollar técnicas para sanar las heridas emocionales desde el nivel inicial, mucho antes de que aparezcan las problemáticas, de modo que, cuando tengan una dificultad, los niños ya estén preparados y tengan recursos para afrontarla”, detalla Lucas.


Esta vocación de ayudar a otros, especialmente a los niños, a través de la educación emocional, tuvo origen en una tragedia que vivió cuando era muy chiquito, pero que supo capitalizar para encontrar un camino de superación. Cuando tenía tres años, sus padres sufrieron un accidente automovilístico, en el que murió su mamá, y su papá quedó ciego. ¿Es posible imaginar un panorama más desolador para un niñito que recién comienza su vida? Sin embargo, Lucas aprendió que aún en las peores circunstancias, se puede encontrar amor, paz, empatía y el deseo de ser feliz. “Me tocó vivir una infancia muy difícil, con muchas carencias y con un contacto muy temprano con la muerte. El resultante fue que decidí ayudar a los niños para que no sufran, o que tengan recursos al momento de transitar momentos difíciles. Yo busco ayudar a todos los niños para ayudar a uno solo: de algún modo siento también que estoy sanando al niño que fui”, grafica Lucas con sinceridad.


Claro que no estuvo solo en este camino de sanación, lo acompañaron “ángeles” como él los llama, entre ellos su padre, quien lo ayudó a financiar su carrera de Psicología, luego docentes que lo aproximaron al conocimiento de la Inteligencia Emocional, y una vez que la conoció, no quiso hacer otra cosa en su vida: “La inteligencia emocional es responsable del 80% del éxito que tenemos en la vida, a diferencia de lo que creemos. Gestionar nuestras emociones nos puede servir y ayudar a tener éxito”, asegura con convicción.


Lucas Malaisi.

¿Qué son las emociones y cómo influyen en nuestros pensamientos?

Las emociones son disposiciones corporales que determinan dominios de acción, eso es que determinan conductas. Por ejemplo: bajo la emoción del amor la conducta va a ser compartir, comprender, ayudar. Bajo la emoción del enojo, la conducta va a ser defenderte, agredir. Bajo la emoción del miedo, huir, defenderte. Es decir que las emociones son programas que impulsan a la conducta, en términos químicos son hormonas en sangre que nos predisponen a la acción.


¿Son involuntarias?

No del todo. Dependen de los pensamientos. Según la realidad de los pensamientos, es cómo interpretamos lo que nos pasa. Uno puede tener una pandemia, pero hay algunos que lo viven de manera positiva, porque interpretan que no es lo peor, y hay otros que lo viven de manera negativa, porque interpretan que es lo peor. Entonces fundamentalmente es un equilibrio. Somos responsables de las emociones porque son consecuencia de lo que pensamos. Pero también son respuestas espontáneas y automáticas que han sido desarrolladas a lo largo de la evolución filogenética. Ejemplo, hay una explosión y nos hace asustar porque es una respuesta automática. Entonces es un equilibro en el que influyen lo genético que es automático, y después lo demás tiene que ver con un aprendizaje. Ejemplo, si alguna vez te mordió un perro, crees que son peligrosos y te genera un miedo cuando ves uno. Pero la mayor parte de la vida emocional y sobre todo sentimental, depende de las creencias, que son adquiridas y las podemos cambiar. Somos responsables de lo que sentimos, si no lo fuésemos, no podríamos hacer nada al respecto. Y la psicología cognitiva nos viene a demostrar que sí podemos cambiar lo que sentimos, lo que pasa es que requiere entrenamiento y educación


¿Cómo podemos gestionar las emociones?

Tenemos cinco habilidades generales:

1- Reconocimiento emocional: Tomar conciencia de lo que sentimos y para esto hace falto que las personas se entrenen. Estas señales del cuerpo, identificarlas y ponerles un nombre: angustia, tristeza, enojo, miedo, distinguirlas del hambre y la ansiedad.

2- Autorregulación: Poder transitarlas y gestionar las emociones. Por ejemplo a través de la respiración, puedo sosegarme, calmarme. Disminuyen los latidos del corazón y cambia la compostura química de la sangre.

3- Automotivación: es una energía que tiene que ver con el aprovechamiento productivo de las emociones. Poner un límite asertivamente, ayudar a otros para que no les pase una injusticia. Cómo utilizo la energía en mi beneficio.

4- Empatía: La capacidad de saber qué sienten los demás.

5- Habilidades sociales. Tiene que ver con resolver conflictos, darme a entender y lograr que la gente quiera cooperar con uno.

Todas estas habilidades son entrenables y deben ser ejercitadas para poder incorporarlas. Por eso requiere que sea trabajado en las escuelas prácticamente de una manera cotidiana.

Somos responsables de lo que sentimos, si no lo fuésemos, no podríamos hacer nada al respecto".

Lucas Malaisi.

QUE SEA LEY ¿En qué se basa el proyecto de Ley de Educación Emocional y cómo se implementaría en las escuelas?

Esta ley ya funciona en Misiones y Corrientes. Y difiere del trabajo de psicólogos y psicopedagogos, que intervienen cuando ya tomó lugar la patología o el trastorno. La educación emocional es adelantarnos al problema, no esperar que el chico consuma drogas o que piense en suicidarse, se deprima, tenga baja autoestima. Hoy llegamos tarde. La idea es adelantarnos a los problemas. No es una estrategia terapéutica, sino educativa, con niños sanos antes de que enfermen.

Lucas Malaisi.

LA COHERENCIA COMO BANDERA

¿Qué cosas no son negociables para vos?

Hago lo que amo y no tiene que ver con la paga, sino que elijo el trabajo y lo disfruto mucho. Hago muchísimas cosas ad honorem. Mi salud y mi disfrute no son negociables. Hay situaciones en las que me toca decir que no. No es negociable que no se valore el trabajo. Tengo un equipo en la fundación que nos entendemos y disfrutamos, compartimos valores y es muy lindo trabajar en un ambiente sano de trabajo.


¿Qué es la felicidad?

La felicidad depende de tres variables fundamentales: lo económico (que influye solo en un 10% de la felicidad), lo segundo, que lo que hagas lo disfrutes, la tercera que la actividad tenga un sentido en u vida, tener relaciones o vínculos de calidad. La felicidad es una construcción y no depende de las circunstancias. Depende de una actitud de vida y no es una emoción sino un sentimiento y depende de ser coherente con uno mismo, de hacer y ser quien uno es. Depende de entregarte a tu propósito de vida pero para eso tenés que conocerte. Cuando uno de base es coherente consigo mismo, está feliz. Eso no impide que por momentos esté triste, tenga miedo o ansiedad, pero hay una base con factores que orbitan al concepto felicidad. Ser coherente, ser quien sos y expresar la verdad que llevas en tu corazón.


¿Cómo llamarías a este momento de tu vida?

Si me tengo que jugar, se llamaría “Batallando contra el ego”. Esta pandemia me vino a enseñar algunas partes de mí que pensé que no tenía. Mirá que fui socavando el ego pero me encontré con algunas partes de mí que todavía estaban obedeciendo al ego. Me he despojado un montón de “deberías” y mandatos. Ha sido hermoso. Pero no te vas a creer que ha sido fácil o inocuo, he aprendido un montón y agradezco a ese proceso. Tengo una intuición de que ha sido un año muy productivo para quienes estuvieron dispuestos a aprender. Creo que para los que estuvimos abiertos fue uno de los mejores años.


¿Dónde saber más de Lucas Malaisi?

Web: fundacioneducacionemocional.org/ Podés escuchar el episodio con Lucas Malaisi de El Podcast de Revista Che aquí. Suscribíte a Spotify y disfrutalo también allí.

"La felicidad es un sentimiento y depende de ser coherente emocionalmente y expresar la verdad que llevás en tu corazón".


 

por

Raquel Abraham

Periodista y comunicadora. Amo contar historias propias y ajenas.

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