¿Escuchaste hablar de slow fashion? Hay mucho que podemos hacer como consumidoras para fomentar una industria de la moda más consciente y amable.
En los últimos años la industria textil se comenzó a dividir en el slow fashion (moda lenta) y en el fast fashion (moda rápida). Dos mundos en velocidades, tiempos y objetivos completamente distintos.
Les cuento un poquito que es la moda rápida: es un gran porcentaje de la industria que se identifica por producir, distribuir y vender prendas baratas y de manera masiva. Siguiendo constantemente la moda y las tendencias que van surgiendo.
Es decir, nos presentan todas las semanas o cada mes nuevas prendas, con el fin de que experimentemos la sensación de que estamos pasados de moda. Logrando así que compremos de manera desmedida y terminemos creyendo que la ropa es desechable.
La gran mayoría alguna vez hemos caído de comprar “ese” producto sólo porque estaba de moda, es decir la moda rápida tiene una excelente reacción de parte de nosotros los consumidores. Ojalá podamos cambiar esto muy pronto ya que sus consecuencias son amplios efectos negativos, tanto en el medio ambiente como también en el ámbito social y económico.
Ahora vayamos a la moda lenta o slow fashion que comenzó por la filosofía slow como oposición a un ritmo de vida acelerado y la vorágine que muchas veces nos agota física y mentalmente.
El movimiento slow propone que recuperemos el placer de vivir tranquilos, sin prisas, tomando el tiempo que sea necesario para lograr el disfrute con la comida, caminar pausadamente, observando y relajándonos con el paisaje, comprar sin apuros o sin presión y trabajar con calma, disfrutando de los pequeños detalles de la vida, con serenidad. No significa ser lento, sino respetar nuestros tiempos naturales. Suena hermoso ¿verdad?
El slow fashion nació como una alternativa menos agresiva al fast fashion. El objetivo es concientizar sobre el cuidado del medioambiente y fomentar un consumo más responsable en el mundo de la moda. Se puede decir que el movimiento engloba lo sustentable, lo ético, y lo ecológico dentro del mundo textil.
En conclusión a diferencia del fast fashion, busca ofrecer prendas con una excelente calidad y gran vida útil, talleres de producción en blanco y en condiciones adecuadas, confeccionar sus prendas con fibras naturales y sus colecciones muchas veces son sólo anuales.
Con estos conocimientos lo único que puedo pensar es que la velocidad del fast fashion, se asemeja a la velocidad con la que estamos destruyendo el planeta, el movimiento slow tiene que ser el futuro, no sólo en la moda sino también en nuestro estilo de vida.
El fin de esta nota es invitarnos como consumidoras a estar informadas y a abandonar el accionar de comprar grandes cantidades de prendas que generalmente son de baja calidad. Debemos alentar a la compra de prendas o productos que posean una alta calidad y durabilidad con una producción mucho más amigable con el medio ambiente y a nivel social.
Por Giannina Artico.
Diseñadora de Indumentaria. Amante de la moda y el estilismo. Te revelo lo mejor del rubro y mucho más.
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