| SEXUALIDAD |
Las fantasías sexuales son un motor, nos invitan a ponernos en “modo erótico “, son un poderoso afrodisíaco.
¿Qué es una fantasía? Es una representación mental de algo que no existe en la realidad, es poder imaginar lugares, sucesos, modos, formas, personas que no necesariamente existen en la realidad. Fantasear es una habilidad que todos y todas podemos desarrollar, es animarnos a recrear momentos, situaciones, evocadas o friccionadas que nos calientan.
Según el sexólogo uruguayo Andrés Flores Colombino “Las fantasías sexuales son representaciones mentales imaginarias que estimulan y/ o acompañan los actos sexuales. Es una importante actividad erótica que permite trascender la limitada realidad, creando y economizando situaciones que favorecen los deseos, sueños, esperanzas”.
Siguiendo esta definición, las fantasías estimulan nuestra vida sexual, la hacen más rica, son parte de la sal y la pimienta.
Muchas personas temen fantasear, o le temen a sus fantasías, porque les resultan “incómodas” o “poco aceptables”. La educación restrictiva y rodeada de tabúes hace que “dejemos de crear con nuestra mente” estos escenarios fantásticos por considerarlos poco apropiados o vergonzosos.
Las fantasías no necesariamente se acompañan del deseo de ejecutarse en la vida real, muchas veces sirven para prender la llama pero al momento de concretar nuestro encuentro sexual lo hacemos de una manera que nada tiene que ver con lo que fantaseamos.
Otras veces, puede ser, que tengamos la necesidad o curiosidad de querer concretar alguna de nuestras fantasías, pero no sabemos cómo darle curso en “la vida real”.
Lo importante es no censurarnos, disfrutar de crear escenarios que nos calienten y nos den ganas de movernos hacia un momento placentero a solas o en compañía.
Por Sofía Achem
Médica (MP. 3470). Especialista en Ginecología. Docente universitaria. Miembro de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana.
"Los límites existen adentro tuyo...las alas también".
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