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  • Foto del escritorCarola Alias

Hablemos de salud mental materna

| PSICOLOGÍA |



Desde el 2016, cada año, el primer miércoles de mayo se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental Materna para sensibilizar y concientizar al respecto.

Es por ello que considero importante abordar en esta oportunidad a que hacemos alusión cuando hablamos de salud mental materna.


Podría decir en primer lugar que la maternidad abarca mucho más que lo físico ya que es usual que se haga hincapié en la importancia de los controles, análisis, alimentación, etc, pero menos frecuente que se hable de todo lo emocional que trae aparejado. Hoy en día se trabaja interdisciplinariamente y desde un enfoque perinatal que abarca la concepción, embarazo, puerperio y crianza. En este sentido es importante visibilizar la salud mental materna en el periodo perinatal, teniendo en cuenta por ej que los trastornos perinatales del estado de ánimo y ansiedad son la complicación número uno del parto y afectan a 1 de cada 7 mamas. A su vez el 40% de dichos trastornos se diagnostican y solo el 60% de ellos reciben tratamiento.


Podemos mencionar por ejemplo a la depresión post parto, un trastorno psiquiátrico, que afecta a un 10% de las mujeres post parto y que se diferencia de la “tristeza puerperal”, en la que solemos encontrar tristeza, irritabilidad,


agotamiento y preocupaciones variadas. Es fundamental saber que se puede pedir ayuda a profesionales especializados y que la depresión es un trastorno del que se puede salir. Recordando también a las mujeres que atraviesen por una situación como esta, que eso no significa que sean una mala mama o que no amen a su bebe, sino que como en muchas ocasiones, se necesita de ayuda.


Por ello es necesario estar informadas sobre qué es lo esperable en cada etapa de la maternidad, y conocer cuáles son los signos a tener en cuenta para buscar ayuda profesional. Muchas veces el malestar tiene que ver con tener las expectativas muy altas o pensar que las cosas deberían ser de otra manera y en otros casos podemos estar frente a determinados trastornos.

Es importante resaltar también que hablamos de maternidades, haciendo referencia a que cada maternidad es diferente, es un proceso singular en cada una y en permanente construcción. Nace un hijo y con el también muchas veces, el fantasma de ser una mala madre. Esto muchas veces angustia, debilita, paraliza, hace obstáculo o debilita. Y aquí entonces surge la pregunta: ¿en qué momento internalizamos el creer que una madre no tiene permitido equivocarse? En qué momento dejamos de hacerle lugar a las ambivalencias? O a creer que con el amor a los hijos bastaba para no cometer errores? Desde aquí la importancia de deconstruir ideales y mandatos, de sabernos humanas y de construir nuevas representaciones acerca de la maternidad.


Es interesante analizar el rol de la cultura en la construcción de la maternidad, esto fundamentalmente a través de mandatos, mitos y prejuicios en muchos casos. Por ejemplo nos han adoctrinado para ejercer la maternidad y encontrar en ella la plenitud y completud. Nos han contado que ser una buena madre es aquella que renuncia a su propia vida y la entrega al cuidado de los hijos. Que ser madres era serlo abnegadas, sacrificadas, despojadas de si mismas. Los estereotipos de género, en especial los relacionados con la maternidad, han socavado la identidad y la subjetividad de las mujeres a lo largo de la historia y aun hoy resultan palpables para una sociedad que mira con asombro otros modos de construir la maternidad, otro modo de ser madres. De aquí la importancia de trabajar en todo ello por nuestra salud mental y para avanzar y perseguir nuestro deseo.


Hablar de salud mental materna es muy amplio, son muchos los aspectos a tener en cuenta, pero tomando lo que respecta a mi quehacer profesional en una maternidad, puedo decir que acompañar a mujeres en periodo perinatal es ser testigo privilegiada de un tránsito, de un pasaje único, es acompañar desde la escucha habilitando un espacio entre lo ideal y lo posible, es hacer lugar a las emociones más intensas, a miedos, temores e incertidumbres. Es conmoverse más de una vez acompañando a las mujeres en esta gran aventura de construirse como madres.


 

Por Carola Alias.

Lic. en Psicología con formación en Psicología Perinatal y Reproductiva. Miembro del Equipo de Salud Mental Perinatal del Hospital Materno Infantil H. Quintana.

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