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  • Foto del escritorRaquel Abraham

Karel Petre: “La abundancia no tiene nada que ver con cantidad, sino más bien con la esencia”

| ENTREVISTA |

El mentor en Marca Personal Consciente para Emprendedores Espirituales, nos cuenta cómo fue su camino para crear un trabajo en la medida de su propósito. También nos habla de los miedos que significa emprender y de la posibilidad inherente a todas las personas, a disfrutar de la abundancia de la vida.


Su nombre nos remite a una telenovela turca: Karel Petre. Pero lo cierto es que Karel es más cordobés que el fernet con coca: nació, se crió y estudió en Córdoba Capital, ciudad que eligió para vivir y que todavía hoy “se encuentra disfrutando”.


La profesión actual de Karel va dirigida a un nicho específico: es mentor en Marca Personal Consciente para Emprendedores Espirituales. La definición de este segmento al cual brinda sus servicios, es resultado de una amplio trabajo de autoconocimiento y de bucear a fondo (luego de estudiar Analista en Sistemas, Ingeniería en Computación y Licenciatura en Comercialización), para dar a luz a la persona que quiere ser. “Luego de algunas pruebas y aprendizajes, el camino se fue revelando a sí mismo. En poco tiempo me encontré hablando con personas que querían dedicarse a compartir consciencia, de forma holística, como mentores, coaches, terapeutas, etc.”, revela.


Con Karel dialogamos sobre Abundancia y Emprendimientos, dos temas que indudablemente se entrelazan cuando nos lanzamos al vacío de lo desconocido: “Para un emprendedor la abundancia es esa energía aplicada y canalizada a través de sus creaciones, de su entrega, su servicio al bien común. Es esa sensación cuando me levanto por las mañanas, respiro hondo y sonrío”, define con una simpleza clara y profunda a la vez.


Karel Petre.

¿Cómo llegás a ser mentor en Marca Personal Consciente? ¿Cómo fue el camino que te llevó a definir esa opción como propósito de vida?


Cada palabra de esa frase tiene una historia acompañada. Sobre todo, teniendo en cuenta que consciente significa ver algo que siempre estuvo ahí, pero antes no percibías. Y no hablo de ver con los ojos, sino más bien de comprender ¿quién sos, de donde venís y hacia dónde vas?. Preguntas que aún no puedo responder, pero el solo hecho de observarlas transformó mi vida en pocos meses.


Con la indagación al respecto, fui encontrando otras personas que habían tenido las mismas reflexiones, y en su búsqueda de respuestas, hoy se animaban a compartir sus vivencias. A lo que me pregunté ¿Dónde estaba esta información? ¿Por qué hay tan pocas personas compartiendo esto? ¿Qué puedo hacer para ayudar a difundir este punto de vista? Siempre muy preguntón lo mío, pero es que esta curiosidad innata es un impulso para mí.


A todos nos gustan las respuestas rápidas, pero no es así como funciona, por lo menos no aquí. El desenlace fue cuestión de experimentación. Lo que me llevó a ir probando diferentes combinaciones entre lo que sabía por mis estudios, mi experiencia como emprendedor de toda la vida, y el mensaje de que existe una espiritualidad libre que lo integra todo.


Luego de algunas pruebas y aprendizajes, el camino se fue revelando a sí mismo. En poco tiempo me encontré hablando con personas que querían dedicarse a compartir consciencia, de forma holística, como mentores, coaches, terapeutas, etc. Los cuales luego me recomendaban a sus conocidos, lo que contribuyó a que todo se fuera acelerando. Al parecer mis conocimientos y guías podían serles útiles, y ellos ya empezaban a ver la posibilidad de dedicarse a lo que les apasiona de forma sostenible, algo que no es tan común en el sector, al menos por ahora. Es por esto que decidí dedicarme a promover que sí lo sea, y que más almas se sumen a la expansión de estos mensajes.


Si no hubiera sido por estas primeras personas, probablemente no me hubiera dado cuenta de que podía serles de ayuda. Y aunque fui aprendiendo a la par de las consultas, con la satisfacción y el entusiasmo de poder contribuir, el propósito salió a la luz.


Probablemente no sea definitivo, pero siento que mientras siga en este camino, está muy bien direccionado.


Karel Petre

Hoy se habla mucho de emprendedurismo. ¿Qué es para vos emprender? ¿Tuviste miedo cuando tomaste la decisión de hacerlo? ¿Cómo los fuiste superando?


Para mí emprender, es la iniciativa de alguien que decide transformar la realidad por una mejor versión. Individual y colectivamente, creo que un emprendedor/a es un creador que decide materializar sus sueños. De la mano con esto, un emprendedor espiritual como me gusta decir, es el puente del espíritu (la esencia) y la realidad (la forma).


Si bien emprender siempre fue natural para mí, ya que crecí en familia de varios emprendedores, la incertidumbre y el miedo a equivocarme estaban presentes desde un comienzo. Honestamente aunque siempre supe que iba a emprender algo, nunca fue seguro lo que sería eso. El miedo me llevó a probar por diversos rubros, en prácticas variadas, y a veces tan alejadas unas de otras, que la crisis solía hacerse presencia para dejarme una nueva enseñanza.


El miedo puede adoptar diversas formas en el camino del autónomo, sobre todo al inicio, cuando es un mundo nuevo el que tenemos delante. Es por esto que es fácil distraerse y auto sofocarse en el día a día, hasta al punto de perder la confianza en uno mismo, y empezar a dudar de tus decisiones. Pero si hay algo de lo que estoy seguro y es que la resiliencia premia a los valientes, no solo por la persistencia sino también por el amor recibido mediante la gratitud de los nuevos clientes.


No podría decir que superé el miedo de ninguna forma, la verdad es que sigue ahí, forma parte del ego, que a veces viene a conversar a mi mente para intentar frenarme. Aunque sí es verdad que ahora trato de no alimentarlo, no le permito que se lleve mi energía, mis ganas de seguir haciendo lo que amo.


Gracias a personas que comparten técnicas o herramientas como la práctica del instante presente, la respiración consciente, la meditación, etc, es más sencillo encontrar un equilibrio en esta cuerda floja. Poco a poco, probando y generando algunos buenos hábitos, fui buscando canalizar estas energías hacia el emprendimiento. Lo que da nuevos aires de paz entre el caos que llega a vivirse algunos días.


Es inevitable que un emprendedor no sienta que viaja en montaña rusa, pero estos ciclos forman parte de todo, como el día y la noche. Se aprende a disfrutar cada momento, sin importar como sea. Al fin y al cabo, luego viene otro.


Este mes en Revista CHE hablamos de abundancia. ¿Con qué relacionás este término?


Muy buen tema para abordar. Una palabra que va más allá de la primera percepción que a uno puede haberle enseñado la cultura general.

Me llevó tiempo ver que abundancia no es igual a ser millonario, billonario, o la cantidad que gustes. El reconocerse abundante no necesariamente está relacionado con el dinero, la casa, el auto o los viajes.


La abundancia no es algo que se pueda perseguir, o intentar tener, sino que se es. No tiene nada que ver con cantidad, sino más bien con la esencia. Ese valor intrínseco que es inherente a la vida, la verdadera abundancia. Es el sentimiento de encontrarnos a nosotros mismos en todo lo que vemos, lo que hacemos, en todas las personas, todo el tiempo. Algunos dirían experimentar a Dios, al Universo, la Unidad, el Buda, etc. Inserta aquí el nombre que quieras, el significado es el mismo.

Todos tenemos el poder de sentirnos abundantes, sin importar las circunstancias, la abundancia es paciente, e infinita. Solo espera a ser encontrada.


Para un emprendedor la abundancia es esa energía aplicada y canalizada a través de sus creaciones, de su entrega, su servicio al bien común.

Es esa sensación cuando me levanto por las mañanas, respiro hondo, y sonrío. Es emprender el día haciendo lo que me gusta, sentirme parte de algo mayor a lo cual contribuir. Esa conciencia, a veces de algunos segundos, a veces de algunas horas me hacen sentirme abundante.


Karel Petre

¿Creés que podemos mirar la vida en términos de ABUNDANCIA Vs ESCASEZ? De qué depende que lo hagamos de una u otra manera?


Llevamos paradigmas absorbidos de forma inconsciente a lo largo de nuestra vida. Construcciones mentales heredadas que nos limitan. Muchas provenientes del miedo a no conseguir algo o a alguien, o derivadas de la posible pérdida de algo que tenemos.


Estas creencias trasladadas de generación en generación, tienen su base en experiencias no gratas. En donde hubo personas que en algún momento pensaron que el fin justifica los medios, y eso produjo acciones discordantes, en busca de acumular algún tipo de riqueza material o mental.


La idea de que algo nos puede faltar, de la forma que sea, es la base de la escasez. Producto de valorar aquello que solo podemos ver o tocar. Por ende hoy puedo tener algo que mañana tal vez no, y eso da miedo. Asusta porque impregnamos de significados a cosas, que simplemente solo eso son, cosas.


Tampoco digo que debamos vivir sin dinero y de forma precaria, al contrario, de hecho aliento a quienes emprenden a que puedan crear un estilo de vida sostenido por sus ingresos. Solo que estos no deberían determinar lo que hagas, lo que vales como ser ni eclipsar el potencial interior que dispones para aportar al mundo.


Que tu motivación provenga de lo que tienes para compartir, aunque sea una sonrisa, un abrazo, un gracias, abrirle la puerta a alguien, ayudar dentro de tus posibilidades a quien te lo pide, compartir tus dones y talentos, tus habilidades, eso es vivir en abundancia.


Por lo contrario, cuando no vemos que somos capaces de todo esto, como cualquier otra persona, nos limitamos a nosotros mismos.

¿Cómo creés que nos tenemos que programar para atraer aquello que queremos a nuestra vida (ya sea algo material, físico o espiritual)?


Por el solo hecho de existir, todos tenemos derecho a disfrutar aquello que la vida nos ofrece. La capacidad es plena, aunque entiendo que a veces puede verse eclipsada por las circunstancias, nunca deberíamos de perder la fe en nosotros mismos y en el poder creador de nuestros pensamientos, palabras y obras.


Sin duda el primer paso es comenzar a observar nuestro diálogo interno (pensamientos) que luego externalizamos (palabras), para detectar ese lenguaje, que inconscientemente puede reflejar nuestras creencias limitantes. Estos pensamientos y palabras, posteriormente se transforman en decisiones y acciones que pueden acercarte o alejarte de lo que deseas manifestar en tu vida. No voy a profundizar en los principios de correspondencia o causa y efecto, pero animo a quien guste, a revisar estas definiciones para comprender que todo es energía, así como aquello que queremos atraer tiene la suya.


Lo importante es reconocer ese, desde donde estás viendo eso que quieres atraer, si lo haces desde un deseo (de experimentarme en eso), o desde la necesidad (siento que me falta x o y para ser pleno/a). Entonces llegan nuevas preguntas ¿Cómo crees que deberías vibrar para atraer aquello que deseas? ¿Desde la escasez o desde la abundancia? Les dejo la respuesta para su introspección.


¿Nos darías 3 consejos para mirar la vida desde la abundancia y no desde la escasez?


Más que aconsejar, propondría el ensayo de comenzar a:


  1. Disfrutar lo que ya tenés y agradecerlo, sin importar lo que sea. La gratitud posibilita el fluir hacia tu vida de nuevas experiencias para seguir agradeciendo.

  2. Confiar en que cada situación o persona, está ahí para que veas eso que no podrías haber visto de otra manera. Todo llega en el momento y la forma adecuada.

  3. Compartir eso que te hace único/a, aquello con lo que puedes aportar a cambiarle el día a alguien, como sólo vos podes hacer.


 

por Raquel Abraham

Periodista y comunicadora. Amo contar historias propias y ajenas.

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