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Foto del escritorRaquel Abraham

´Pa tipas como tú

| EDITORIAL |


Corría el año 95. Yo tenía 15 y recién empezaban mis primeras noches de “boliche”. En ese entonces se imponían varios temas musicales que iban marcando una época, y muchas cantantes latinas surgían con melodías pegadizas y también como modas pasajeras.


Gloria Trevi, Thalía, Gilda, Paulina Rubio, desde el pop, y Fabi Cantilo con el rock nacional, conformaban la música de mi adolescencia, esas canciones que escuchábamos en la radio durante el día, y que a la noche sonaban religiosamente y te ponían a tirar los pasitos del momento.


Pero creo que ninguna de esas cantantes que ya eran referentes de la música pop, incluida Jennifer López que comenzaba también su carrera hollywoodense, me sacudió tanto, por su originalidad y por esa voz potente e inconfundible, como Shakira. Sus melodías eran pegadizas, graciosas, con letras muy personales que denotaban su cualidad compositora. Esta colombiana de pelo ensortijado se asomaba tímidamente en la cultura pop, y ya prometía un diferencial que fue su marca registrada hasta la fecha: su autenticidad.


Cuántas de nosotras repetíamos el “tonta, ciega sordomuda”, (que fue ubicada en el séptimo puesto de las «100 mejores canciones latinas de la década de los 90» de VH1), o quién no bailó en su adolescencia noventera, en el vértigo de los primeros tragos, al ritmo de:


“Perteneciste a una raza antigua

De pies descalzos y de sueños blancos

Fuiste polvo, polvo eres, piensa

Que el hierro siempre, al calor, es blando..."


Al comienzo no estaba muy segura si me gustaba o no. Por momentos su voz era muy melosa y grave. Pero había algunos giros melódicos y aterciopelados, sus típicos falsetes, que me hacían pensar: “guau, esta mujer no se parece a nadie”.


Seguramente la valoración de las canciones de la colombiana, están teñidas de los recuerdos rebeldes de mi yo adolescente, pero a medida que pasaban los años, Shakira se iba superando a sí misma, algo nada sencillo para cualquier artista y menos aún cuando alcanza la fama rápidamente, con un éxito tras otro.


Con el paso de los años la cantante fue demostrando nuevos talentos, acompañando su bella voz con el baile rítmico de sus caderas, que seguramente inspiraron el “Hips don’t lie” y también el género pop latino de baladas que la vio nacer, se fue aggiornando a las tendencias musicales que marcaba el nuevo siglo.


“Loba” (2009) incluyó los primeros temas de Shakira que daban un guiño a la música urbana y al dance-pop. Además, fue un disco que solo tenía dos canciones en español, ya que las demás están cantadas en inglés. Los hits “Addicted to you” y “Loca”, del álbum “Sale el sol”, fueron los que marcaron el cambio radical en el estilo de la artista.


La fama mundial le llegó justamente con su participación en la apertura de la Copa del Mundo en Sudáfrica y el recordado “Waka Waka”.



Independientemente de los géneros musicales explorados por Shakira, sus letras fueron siempre muy autorreferenciales, atravesadas por temáticas tan universales como el amor y el desamor.


Por ejemplo, a su ex argentino Antonio De La Rúa, le dedicó cuatro canciones, entre ellas la romántica “Días de enero”


Su último éxito “Session 53”, grabado con el productor argentino Bizarrap es un fenómeno mundial de la mercadotecnia: ¡ha llegado al top 10 de la lista Hot 100 de Billboard a pocas semanas de su estreno!


Si bien en lo personal es uno de los temas que menos me gustan de Shakira (aunque debo confesar que se me pega hasta el hartazgo el “pa´ tipos como tú”), debo reconocer que con este hit, Shakira se consolida como la reina del pop en el mundo.


¿Importa si empodera o desempodera a las mujeres al hablar de la amante de su ex? ¿O si no promueve la sana gestión de las emociones cuando afirma que las mujeres ya no lloran sino que facturan?



Creo que, a pesar del dolor que seguramente le causó la ruptura de su relación, escribió una canción fresca y con humor, que al final desdramatiza el “trauma” y que seguramente muchas de nosotras cantaremos a viva voz, aunque en el fondo sepamos que no es una canción “políticamente correcta”.


Este nuevo éxito prueba la consagración de esta artista que ya se puede dar el lujo de hablar de lo que sea. Es de esas "estrellas" a las que les perdonamos todo: son inimputables simplemente por ser quiénes son.


Hoy quiero decir: ¡Gracias Shakira! Por regalarnos esta cuota de imperfección, en un mundo muchas veces hipócrita que reclama coherencia. Si ella puede ser imperfecta, ¿cómo nosotras no?


Me encanta la idea de ponerle palabras a nuestros sentimientos y de reírnos de nosotras misma mientras lo hacemos. ¿No es un lindo ejercicio para la vida?

 

por Raquel Abraham

Periodista y comunicadora.

"Amo contar historias inspiradoras".

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