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Este mes en Revista CHE queremos reflexionar en la toma de decisiones, y en el cine tenemos muchos ejemplos de la importancia que tienen estos momentos que pueden marcar un antes y un después en nuestros personajes.




“Hillbilly” es un término peyorativo usado en Estados Unidos para definir a los habitantes de ciertas áreas remotas, rurales o montañosas.

Hay un dicho que habla sobre conocer nuestro pasado para no repetirlo, si queremos huir o dejarlo atrás, debemos saber por qué, y eso nos ayudará a saber cómo continuar… Bueno, más o menos, ese es el problema de J. D., un joven con un futuro prometedor y un pasado con una familia problemática de un pueblo de Ohio. Pero no es como que su pasado viene a perseguirlo o enfrentarlo en su nueva realidad, por el contrario, es él quien debe regresar por un percance familiar.

Basada en una historia real, en esta película dramática vemos una dura realidad, y así mismo las decisiones que se deben tomar. Presenciamos un rompecabezas que es más fácil ver que vivir

¿A qué costo se toma cada decisión? ¿Cuánto pueden influir los demás en nuestro proceso de toma de decisiones? Pero sobre todo ¿qué tan conscientes somos de nuestros propios pensamientos a la hora de decidir?

Personalmente considero que hay unas escenas clave en la película y para nuestro protagonista, que es como cualquier otra persona, donde a veces lo crucial nos marca y lo simple también. Les propongo mirar esta adaptación con cuidado, les confieso que parece un relato tranquilo de ver, pero contiene un drama fuerte con momentos que llegan a perturbarnos.


"Hillbilly, una elegía rural"

Esta película del 2020 es perfecta para compartirles este mes, aunque tenemos un personaje principal, el resto de los personajes parecen tan protagonistas como J. D., y la premisa es simple: Tenés que decidir.

FICHA TÉCNICA:

Dirección: Ron Howard

Protagonistas: Amy Adams, Glenn Close, Gabriel Basso, Baley Bennett, Freida Pinto, Bo Hopkins, Owen Asztalos.


 

por

Florencia Adorno

Productora y Realizadora Cinematográfica y Multimedios. Futura Relacionista Pública. Amante del arte, la filosofía, cultura general, de lo simple y lo complicado.

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En una entrevista realizada a Pascal Bruckner, autor de “La euforia perpetua”, publicada en 2001 en Francia, escribe "Cuando la felicidad deja de ser un derecho”. Y dice: "Nunca antes la felicidad había sido un horizonte tan universal para todos los individuos. Por primera vez en la historia vivimos, probablemente, en una sociedad donde las personas son infelices de no ser felices"(Revista Virtualia).

Desde la sociedad se nos invita a una carrera alocada por alcanzar la felicidad, casi como un bien de consumo. Pero , ¿qué se pierde en medio del trayecto? El propio sujeto.

En intentos de amoldarse y cumplir con los mandatos de cómo y con qué obtenerla, aparecen como síntomas la angustia y el malestar. Estos interpelan a que las personas busquemos otros modos de sentirnos bien, que no implican la evasión de dificultades, sino formas de transitar las preguntas de qué desea cada cuál.


Reconocer que la felicidad es una utopía y que las ráfagas de viento del bienestar aparecen de manera episódica, y en general autogestiva, es un aprendizaje.

"Aprender a disfrutar, es un tipo de regulación, ningún placer es infinito...en cualquier situación placentera tenemos que soportar una decepción (por qué lo que nos gusta no ocurre como en nuestra fantasía) y nos descubrimos fuertes en esa experiencia". (Fragmentos de Luciano Lutereau)

El hallazgo consiste en construir y habitar espacios en los que podamos ser sin filtros, expresando nuestra vulnerabilidad y emociones, incluso las poco marquetineadas, integrando. Apartándonos del sometimiento de depender de lo externo, recuperando la soberanía sobre nuestro deseo y creatividad, en eso hay gozo.


Compartirnos desde lo que somos. Cuanto más compartimos lo que tenemos en nuestro mundo interno más descubrimos de nosotrxs mismxs, nuevas maneras y facetas de emociones y procesos que creíamos antes intransitables. Dejándonos ser, sin adoctrinar ni educar el sentir, sino usando esas emociones, como dice Cerati, como un puente a nuevas formas de vivirlas; danzando, practicando yoga, asistiendo a un grupo de xxx, cantando, contemplando la naturaleza, pintando, y todas aquellas actividades en que el sentir no solo no molesta sino que nos sirve, nos servimos de ese sentir para crear.

Disfrutando de encuentros con lugares y momentos que nos colman , para luego aprender de ellos y acudir a estos mediante la memoria como un remanso cuando el malestar inunde, reconociendo que gracias a éste nos movimos; bailamos, cantamos, escribimos y conectamos de mil formas con nosotros mismxs y con otrxs.


Transformar-se. Crear, hacer con eso que nos atraviesa profundo, algo nuevo, sin un objetivo impuesto desde el exterior, es aprender y es un regalo para uno y para el chip del inconsciente colectivo.

"Buscar la serenidad me parece una ambición más razonable que buscar la felicidad. Y quizá la serenidad sea una forma de felicidad" (Jorge Luis Borges). *(El título de la columna es una frase de un poema de Roberto Juarroz.)

 

Laura Altea

Psicóloga. Magister en Comunicación y Educación. Especialista en Evaluación y Diagnóstico.

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Me pidieron que escriba una breve descripción de quién soy y qué es lo que hago. Esto cada vez me cuesta más, porque creo en la unidad con el todo.

Pero a modo de presentación voy a intentar hacer lo mejor...


Dra. Inés Aid.


Les voy a contar quién vengo siendo durante esta Pandemia...

Hoy la mayor parte de mi día a día está destinada a sostener a mis 2 hijos, soy la mujer madre de una adolescente, Ámbar y un niño pequeñito, Benicio. Después soy la mujer laburante, médica psiquiatra, homeópata y consteladora que sostiene a sus pacientes en sesiones por videollamadas, por zoom, por mensajes. Además doy clases y lidero grupos de Transformación personal a través de las Constelaciones Familiares. Y me hago el tiempo para ser la novia que quiero ser para mi pareja. Ustedes se preguntarán: cómo se hace para sostener tanto y no morir en el intento?

Es que también existe dentro de mí, la mujer espíritu, la sacerdotisa.

En mi opinión, sólo podemos sostener y no morirnos, cuando nos sentimos sostenidos por algo más grande. Eso deseo transmitirles con esto que escribo, que sí podemos volver sagrado lo cotidiano, que la espiritualidad no es algo que alguien nos pueda dar, está adentro nuestro y generalmente "emerge" en las crisis, en las situaciones que nos ponen de rodillas del agobio emocional.

Aquí mismo quisiera darle lugar a la mujer niña y adolescente que fui...

A mis 11 años muere mi papá de un cáncer de pulmón. La noche anterior soñé que la virgen me decía que fuera a juntar flores. Cuando me levanté, desperté a mis hermanos y primos, estuvimos hs. por el barrio juntando flores hasta que volvimos a mi casa y nos encontramos con la escena: mi mamá abrazada a la niñera contándole que mi papá acababa de morir. Me surgieron tantas preguntas existenciales que me refugié en los libros, estar sola y leer era mi mejor plan, algo dentro mío se calmaba y tenía la certeza de que para algo me serviría todo ese conocimiento que iba adquiriendo, aprendí sobre religiones de todo el mundo y de astrología.

A los 19 años me enfermé muy grave, tuve una trombosis venosa profunda, después de una semana en terapia intensiva, tuve un sueño lúcido con la virgen que me decía que todo iba a estar bien, al otro día me dieron el alta.

Verán, he sobrevivido a situaciones dolorosas, de las peores que puede experimentar el ser humano, estarán diciéndose: a mí no se me apareció la virgen!

Esa es mi historia, diferente a la de cualquier otro. Ni mejor ni peor. Así, he llegado a mi propia definición de espiritualidad: para mí es la fuerza motora interior que nos permite obrar milagros en nosotros mismos. Léase milagros, como resistir, sobreponerse, ser resiliente.

He buscado respuestas a mis preguntas por mucho tiempo afuera, he preguntado a maestros, guías, al tarot, a mis distintos terapeutas. Todo el recorrido me fue llevando de nuevo a mi centro, a mi espacio sagrado desde donde hoy puedo ayudar a otros.

En esta nueva Era de Acuario, estamos frente a una oportunidad única de renovar nuestra luminosidad y amorosidad. Todos deberíamos ocuparnos de influenciar positivamente al otro para que se sume a este proyecto humanitario, en el cual las jerarquías angelicales y muchos seres de otros planetas están colaborando permanentemente de maneras infinitas.

Desde mi humilde lugar, me ocupo hace años de esta tarea estupenda e intensa: acompaño a las personas a sanar las raíces de los conflictos desde lo más profundo. Esta original terapia holística apunta a:

  • Reconectar con el propio diamante de nuestra esencia.Dar vida a nuestro infinito potencial y aprender a mantenerlo vivo.

  • Madurar emocionalmente para que ningún acontecimiento produzca desequilibrios que nos enfermen.

  • Corregir incoherencias entre los planos mental, físico, emocional y etérico.

  • Reubicar a la persona en la línea de destino correspondiente a su nivel evolutivo, brindando la "brújula" para orientarse.

EMPODERAMIENTO ESPIRITUAL


La conexión con nuestro centro o espacio sagrado, es imprescindible en el camino de luz para volver a nuestro eje, soltando todas aquellas cosas de las que nos hicimos dependientes o que queremos controlar.

Descansamos cuando entendemos que sin la coparticipación de la voluntad Divina nada se logra, y en certeza de que tenemos el poder, además de las fuerzas necesarias,para co-crear lo que queremos: nada es imposible.

Para esto es indispensable recuperar nuestro poder personal, más allá de si tenemos una creencia religiosa o no, de si tenemos afinidad con una deidad o no, debemos aprender a expresar sólo lo que queremos y nos es útil. Decir sólo lo que conviene a nuestra evolución es una manera de forjar y plasmar la realidad como seres poderosos que somos, capaces de lograrlo.

Entonces, la propuesta que les dejo es evitar el "NO" en lo posible y hablaremos como si lo deseado ya se hubiese logrado, sin usar expresiones tales como: "no creo que... no sé si podré..." cambiándolas por: "ya se dio... ya se logró".

En lugar de contar nuestros pesares, preocupaciones, enfermedades, nos expresaremos así: "hasta hace 5 minutos yo era diabética...hasta ayer estaba histérica y harta de vivir...fui hipocondríaca...hasta esta mañana tenía pánico...".

Este paso es importante para poder conectarnos con el "SI", con la oportunidad de corregir y sanar lo que nos afecta y aflige. Si de manera contraria lo decretamos negativamente será más difícil de disolver y solucionar porque nosotros mismos, con nuestro poder, le ponemos un freno, no importa la terapia que nos sostenga.



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